El tahini está hecho a base de semillas de ajonjolí. Me gusta decir que el tahini es como una versión de ajonjolí de la mantequilla almendras o maní, porque su textura es muy similar. Simplemente debes mezclar las semillas hasta formar una pasta suave y cremosa.
No es fácil encontrar un buen tahini en el supermercado, la gran mayoria contienen otros ingredientes adicionales como aceite vegetal, por eso te recomiendo prepararlo en casa.
Me encanta recomendarte ingredientes que tegan beneficios nutricionales. Las semillas de ajonjolí además de ser deliciosas, tienen muchos beneficios para tu salud. Estos son mis favoritos:
El tahini es súper versatil, lo puedes usar de la siguiente manera:
El primer paso para hacer tahini es tostar tus semillas de ajonjolí. La mayoría de las semillas de ajonjolí que compras en el supermercado vienen sin tostar y al igual que otras recetas de mantequilla de frutos secos, tostarlas les da un sabor increíble. Este paso hace que el tahini sea menos amargo y le da ese increíble sabor a “nuez” que lo hace súper versatil.
De igual manera que la mantequilla de frutos secos, te recomiendo preparar el tahini con un procesador de alimentos potente. El que yo tengo es de 450W.
Aunque adicionar aceite es opcional, me gusta hacerlo para darle más suavidad al tahini. En lo posible usa aceite de aguacate ya que su sabor es menos invasivo comparado con el aceite de oliva.
Hasta 3 meses en un recipiente de vidrio sellado
Tip: Cada 2 minutos para el procesador y verifica la textura, retira los excesos de las paredes del procesador y vuelve a prender.
Realmente espero que empieces a incluir este ingrediente en tu cocina. Comenta abajo si tienes preguntas :)