La mantequilla de almendras es deliciosa y muy versátil, ideal para darle un toque especial a tus comidas de todos los días. Puedes usarla de muchas maneras creativas: como ingrediente saludable para recetas de postres, donde aporta un sabor suave y nutritivo a galletas, brownies o bizcochos. También es perfecta como acompañante de frutas frescas, ya que combina de maravilla con rodajas de manzana, plátano o peras. Si te gustan los desayunos saludables, puedes añadir una cucharada de mantequilla de almendras a tus batidos o a un bowl de frutas con avena y semillas, logrando una textura cremosa y un extra de energía.
Otra forma deliciosa de disfrutarla es simplemente untando un poco de mantequilla de almendras en pan integral, tostadas o galletas para un snack rápido y nutritivo. Gracias a su sabor delicado y su perfil nutricional rico en grasas saludables y proteínas, se ha convertido en un básico en muchas cocinas. No importa si la usas en preparaciones dulces o saladas, siempre es una excelente opción para incorporar un alimento lleno de beneficios y sabor.
Cuando preparas la mantequilla de almendras en casa puedes controlar sus ingredientes. Te aseguras de que sea libre de azúcar, aceites vegetales, conservantes o sabores artificiales.
Además es mucho más economico hacerla en casa
Grasa: Su contenido de grasa ayuda a reducir inflamación, a soportar el funcionamiento de tu cerebro y mantener las articulaciones funcionando muy bien.
Proteína: Fortalece tu sistema inmune y ayuda a balancear tus hormonas.
Fibra: Balancea tus niveles de azúcar en sangre e incrementa saciedad.
Vitaminas y minerales: Su contenido de magnesio y calcio ayuda a la salud de tus huesos, a permanecer relajada, y a fortalecer la salud cardíaca.

Te invitamos a probar nuestra receta de mantequilla de almendras y contarnos cómo te fue en el proceso. No olvides que también puedes consultar todas las recetas saludables que tenemos ¡Hasta una próxima receta!
Mantequilla de almendras deliciosa y muy versátil, ideal para darle un toque especial a tus comidas de todos los días.


Nota: Ten en cuenta que este puede ser un proceso lento, unos 10-15 minutos. Sé paciente y resiste la tentación de agregar aceite.

